Hace algunos posts te contábamos en qué consistía el Machine Learning y de su importancia para el desarrollo de la agricultura sostenible. La tecnología es imprescindible para la transformación digital del campo, la optimización de los recursos para maximizar la producción y minimizar los riesgos.
En este post te hablamos de una de las herramientas que hacen que el Machine Learning cobre sentido y que la digitalización de la agricultura sea cada vez más palpable: los sensores. Se trata de uno de los mayores avances de la AgroTech y son de vital importancia para el devenir de las cosechas.
Y es que son el primer eslabón de una larga cadena que tendrá como resultado final la mejora del rendimiento del campo y la obtención de productos de alta calidad y sostenibilidad. Su función principal es recabar los datos acerca del uso y aprovechamiento del agua en cada terreno que serán utilizados por las herramientas de Inteligencia Artificial (nuestra plataforma The Crop) para moldear los cultivos hasta el punto de reducir casi al mínimo las posibilidades de fracaso.
Con una sensorización adecuada sobre el terreno (es importante colocarlos de manera uniforme para que los datos sean más precisos), podemos obtener información detallada y regular sobre datos como la temperatura, la humedad, el pH exacto del suelo, etc., y en base a ellos decidir, por ejemplo, cuál es el cultivo o el sistema de riego que conviene en cada zona de nuestro terreno. Esto aumenta las posibilidades de ese cultivo y posibilita un ahorro considerable de agua, lo que repercute no sólo en la economía sino en la sostenibilidad.
Múltiples funciones
Además de las ventajas anteriores, sensorizar el suelo también permite comprobar el nivel de nutrientes del mismo, lo cual es importante a la hora de decidir cuál puede ser el mejor método para regenerarlo después de un cultivo. Yendo a una hipótesis más extremista y con una recopilación adecuada de datos, los sensores nos permitirían incluso saber si sufrimos algún robo en nuestras cosechas.
Decíamos que los sensores eran el primer paso para transformar el campo. Estos deben combinarse con otros elementos que se adapten a sus características, como por ejemplo, tecnologías de bases de datos adecuadas que garanticen una buena cobertura y sincronización entre los sensores, dispositivos electrónicos portátiles y fijos, como por ejemplo tabletas, smartphones, drones. Pero de esto hablaremos en futuros posts.
Así pues, monitorizar es el presente. Medir, analizar y decidir sobre la aportación de agua y nutrientes a tu cultivo en la medida justa para aumentar el ahorro, contribuir a la mejora del medioambiente y garantizar el futuro del planeta.